Mis Palabras

La música es una combinación coherente de sonidos y silencios. Al abrir este blog, os digo que los espacios de silencio serán más largos. No soy una escritora constante. Me gusta escribir, si, pero solo cuando encuentro el momento propicio para hacerlo.
Pero también, como toda música, tendrá allegros, adagios, momentos en los cuales no pare de escribir.
Así, os pido que no me toméis muy en cuenta mi regularidad.
Espero que os guste.

17 de febrero de 2015

La primera vez de la última vez

No le digas a nadie que estoy aquí.
Deja que suene el silencio y que no se escuchen nada salvo nuestras respiraciones.
Olvídate de las melodías de canciones comerciales por un momento y céntrate en la música del silencio.

Déjate llevar, sueña, desea, pide, haz.
Haremos lo que queramos, lo que nos permita nuestro ser. No importa qué sea, solo importa el silencio. Poder ser capaz de oír el compás de tu corazón y que se acople al mio. Poder mirarte sin perderte la cuenta, sin dejar de fijarme en ti, sin poder distraerme.
No necesito nada más, solo eso, mirarte en completo silencio, porque puede que para ti yo no signifique nada y que esto te parezca una tontería pero para mi está lleno de significado. ¿Por qué? Porque soy así. Soy rara, y lo se. A mi no me importa.
Me gusta poder decir que disfruto totalmente con cosas como estas.
No me importa que me miren raro.
No me importa siempre y cuando tú no seas el que me mira así, porque no podría soportarlo. Porque aun que no lo parezca te  quiero y cualquier cosa que jamás significaría para mi lo hace cuando se trata de ti.

¡Lo siento! Intenté evitarlo. No quise que pasara, pero así fue.
Creí que nuestras noches juntos sin rozarnos, sin hablar, sin a penas movernos, no serían así.
Creí que tendría todo  bajo control, pero no he podido evitarlo y me he dejado llevar por tus redes.

Déjame ir, déjame salir de aquí.
Pero no quiero.
Me gusta y, lo siento, pero no quiero.
No se si te tengo ya, o si alguna vez te tendré, pero se que no pararé hasta conseguirte (a ti o a tu felicidad).

No trates de entenderme, yo solo quería que lo supieses. Ahora ya me puedo ir, ya puedo fingir que esto nunca ha pasado y que tu sigues sin saber nada. Es mi momento de disimular, de seguir como hasta ahora aun sabiendo que todo ha cambiado, pero no me importa porque en el fondo se que si no cambia hoy cambiará mañana.
Solo me queda eso, la esperanza del cambio, y hasta entonces seguiremos en nuestra terrible monotonía.

6 de febrero de 2015

«Ella»

Ella.
Pálida,
pequeña,
frágil,
pero fuerte.

Ella.
Rebelde,
con su pelo rojo
como el fuego;
fuego, como su alma.
Ardiente.

Ella.
Natural,
libre,
revolucionaria.

Sus palabras, hirientes,
se llevaban todo por delante
pero, aun así,
hacían que todos la adorasen.

Sonreía a los hombres,
flirteaba con las mujeres
y se llevaba a la cama
a quien le supusiese un mayor reto.

Con sus ojos
grandes,
negros,
cargados de mentiras,
te pedía lo que las palabras no hacían
y tú, como siervo;
y ella, como tu señor,
obedecías cada orden
expresada en condicional.

Ella
te manipulaba,
te utilizaba,
y tú te dabas cuenta,
pero hacías todo para complacerla,
para que te hiciese un hueco,
para obtener su atención.

Ella era así,
y yo lo sabía,
pero aun así,
estaba enamorada de Ella.

1 de febrero de 2015

Enjaulados

Lleva ya un tiempo golpeando el cristal,
luchando por salir,
por ser libre de nuevo.

Me grita al oído que necesita libertad,
me dice que después volverá.
que no tenga miedo,
que me deje llevar,
que obedezca al impuso,
que eche a volar.

Pero se que no es verdad,
que si le dejo jamás regresará,
y que, con él, una parte de mi alma se irá.

Y entonces no le dejo salir.
Lo escondo más al fondo.
Lo arropo.
Le vendo los moratones
que se hizo en las manos al intentar escapar.
Le beso, le abrazo, le cuido.
No le dejo marchar.

[Los dos juntos, los dos atrapados en las jaulas de sus mentes.]